Siempre he pensado que un buen desayuno es uno de los mayores placeres que hay en la vida. Si encima el desayuno es salado, mejor que mejor. El otro día, vi una receta de huevos poché con salmón y trigueros que me gustó bastante hecha por Naikari, de La sopa boba. Aparte, Ana, de Cocina a Tiempo Parcial, me dijo hace tiempo que probara a hacer los huevos al baño maría, y la verdad es que el resultado es todavía más cremoso que el de los huevos revueltos que suelo hacer. Como tenía los ingredientes de una receta y la técnica de Ana, pensé “¡qué leches!” y me animé a prepararme un desayuno de campeonato.
1 – Ponemos un cazo con unos dos dedos de agua a fuego fuerte y lo “tapamos” con un bol de cristal resistente al calor. Una vez que el agua empiece a hervir, dejamos pasar 5 minutos, bajamos el fuego a medio-alto y cascamos un huevo en el bol.
2 – Salpimentamos la yema, la rompemos y empezamos a remover. Añadimos la mantequilla y lo dejamos un par de minutos. Volvemos a remover y dejamos un par de minutos. Así hasta que vaya espesando. Después, añadimos el queso cremoso y el sucedáneo de caviar.
3 – Tostamos el pan. Una vez tostado, lo sacamos de la tostadora y lo untamos con mantequilla. Añadimos el huevo, rociamos unas gotas de salsa Worcestershire por encima y, por último, añadimos el salmón.
@Paula mis escasos (escasísimos, habría que decir mejor nulos) conocimientos de alemán me hacen entender que es un preparado para hacer la salsa, ¿no? Supongo que será casi imposible de encontrar por estos lares. De todas maneras, quiero probar a hacer la salsa, aunque es una bomba calórica, pero mola igualmente :D